miércoles, 30 de noviembre de 2011

El tren pasó una sola vez

1984 es uno de esos años que los fanáticos de la Roma de Italia no olvidarán jamás. Llegaron por primera vez a la final de la Copa de Campeones en su historia y además disputaron el partido decisivo en el Estadio Olímpico de la capital italiana, donde eran locales desde 1953. La Loba no es de los clubes más ganadores en Italia, pero el hecho de definir el título como local, lo hacía surgir como el favorito. En ese equipo que llegó a la final entre otros estaban Bruno Conti(hoy director deportivo), Toninho Cerezo y Paulo Falçao. El entrenador era el Sueco Nils Liedholm y su presidente era el empresario Dino Viola.

Bruce Grobbelaar vuela ante el penal de Conti.
 Los Giallorossi habían sido campeones del Calcio por segunda vez en su historia en la temporada pasada, luchando palmo a palmo con la Juventus. Su llegada a la final fue angustiosa ya que en las semis eliminaron al Dundee United, por un global de 3-2, luego de haber caído 2-0 en el partido de ida. La vuelta fue otra historia, un 3-0 contundente que alcanzó para llegar al partido decisivo.

El 30 de mayo de 1984, el Estadio Olímpico se colmó para ver la final contra el Liverpool inglés, que llegaba allí después de eliminar  al Dinamo Bucarest. Los Reds entrenados por Joe Fagan, contaban en sus filas con Kenny Dalglish, Ian Rush y Graeme Souness, además del arquero Bruce Grobbelaar, protagonista estelar de la final.

Los jugadores de Liverpool con la copa de Campeones.
El tiempo regular y la prórroga finalizaron con un empate 1-1. Phill Neal adelantó a los británicos, mientras que Roberto Pruzzo igualó el marcador, durante los 90 minutos. En la tanda de penales, Grobbelaar se propuso intimidar a los jugadores italianos. Cuando fue el turno de Conti, empezó a morder la red simulando comer espagueti. El remate de Conti se fue desviado. Cuando Francesco Graziani fue a ejecutar su tiro, el arquero comenzó a hacer temblar sus piernas, en señal de miedo. Graziani también falló. Liverpool ganó   4-2 en los penales, y levantó su cuarta copa. La Roma se convirtió en el único equipo en la historia de la competición en no poder levantar el trofeo jugando como local y nunca más pudo llegar a una final de Copa de Campeones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario